Al margen de ser un disco que marcó un antes y un después en la historia de la música pesada, “Black Sabbath” encierra una historia muy especial con respecto a su portada. El escenario que sirvió para dicha imagen no es ninguna casa embrujada ni una casona donde se cometieron sangrientos crímenes, sino que simplemente se trata de un antiguo molino que aún se levanta poderosamente a orillas del Támesis, en el pueblo de Mapledurham (Berkshire - Inglaterra).
Aunque a simple vista parezca un dibujo, se trata de una fotografía que fue tomada por el artista Marcus Keef. La técnica que aplicó para crear esos colores tan siniestros fue sencilla: puso el negativo sobre la imagen original logrando convertir la instantánea en algo terrorífico.
Acerca de la mujer que aparece en la tapa del álbum, en cambio, sí que persiste el misterio todavía. Si bien no se trata de una bruja, ni tampoco es cierto que no estuviera allí al momento de tomar la fotografía del viejo molino, la realidad es que no existe una versión oficial sobre la identidad de esta joven, ni siquiera los propios músicos de Black Sabbath tienen alguna pista.
A propósito, Bill Ward comentó alguna vez: “No recuerdo a esa mujer, vivíamos drogados las 24 horas del día”.
Según el periodista Pete Sarfas (redactor y jefe de la Black Sabbath Appreciation Society), aquella mujer era una modelo llamada Louise, y como poco se sabe de ella, circulan otras leyendas que dicen que murió en un trágico accidente automovilístico en el mismo año en el que se editó el disco. El caso es que nadie sabe acerca de la identidad de la misteriosa dama.
Los integrantes de Black Sabbath no tuvieron nada que ver con la portada del álbum, ya que fue el sello discográfico Vertigo el responsable de incluir los elementos satánicos como estrategia publicitaria, tales como una cruz invertida en el interior adjuntada a un poema titulado “Still falls the rain”, que recopila imágenes de corte siniestro como árboles ennegrecidos, amapolas que sangran y estatuas decapitadas.
Acerca de la edición de “Black Sabbath”, Ozzy Osbourne declaró: “No habíamos participado en absoluto en el arte gráfico del disco, con lo que la cruz invertida, un símbolo satánico como
descubriríamos más tarde, no tenía nada que ver con nosotros. Pero esas historias que circulan según las cuales no estábamos contentos con la portada son mentiras. Por lo que yo recuerdo, todos alucinamos enseguida cuando vimos la tapa del disco”.
Sea como sea la historia, lo cierto es que “Black Sabbath” se caracteriza por tratarse de una atrapante obra plena de oscuridad y misterio, rasgos que al día de hoy conserva la banda y que fueron influencia para miles de grupos en todo el mundo. En definitiva, es uno de esos discos eternos. Sólo hace falta apretar play y dejarse envolver por la lluvia y las campanadas..
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